La explicación
Índice
- ¿Qué es una coma criminal?
- ¿Coma entre sujeto y verbo?
- Excepciones que permiten poner coma entre sujeto y verbo
- ¿Coma cuando el sujeto es largo?
¿Qué es una coma criminal?
La famosa «coma criminal», conocida también con el nombre de «coma asesina», es una coma mal ubicada entre el sujeto y el verbo o entre el verbo y el objeto, sea este directo o indirecto.
Su presencia obedece, casi siempre, más que a un error de tecleo, al desconocimiento.
Cuando no se dominan los variados usos de la coma, aumentan las posibilidades de equivocarse y de ponerla justo donde no va.
Y aquí no solo tropiezan los que menos saben. Me atrevería a decir que casi todos tenemos en el archivo alguna coma, criminal no, criminalísima.
*La joven, escribió a su abuelo. *Quien puede, puede. *Aquellos «mejores amigos» de mi hermano, no han vuelto por aquí. *Los vecinos de la casa de enfrente recibieron, las mejores noticias que podían tener. *Volveremos a llamar, a Susana mañana.
En esta publicación me referiré solo a la presencia o ausencia de la coma entre el sujeto y el verbo.
Parece un tema sencillo, pero hay bastante tela que cortar.
¿Coma entre sujeto y verbo?
La norma nos dice que no es correcto poner una coma entre el sujeto y el verbo de una oración, salvo en casos muy particulares.
Pero ¿por qué no es correcto?, ¿por qué tanto desgarro de vestiduras cuando aparece?
Porque estamos ante un signo que delimita, que separa unas partes de otras dentro de un enunciado. Y esa separación tiene que tener un sentido, no puede ser porque sí.
Con la coma podemos introducir comentarios, conectores, explicaciones o datos periféricos; hacer una oposición; enumerar; anteponer segmentos que suelen ir detrás; llamar la atención de alguien; anunciar temas; elidir elementos; distinguir cuándo una partícula tiene un sentido y no otro…
Sin embargo, nada de esto se necesita para expresar la relación entre el sujeto y el verbo. No es preciso poner límite alguno entre ambos.
El verbo me habla, por lo general, de cuál es la acción, y el sujeto me indica quién hace esa acción. La relación es tan estrecha que hay concordancia entre número y persona. ¿De qué serviría una coma que los separe? ¿Qué ayudaría a expresar ella? Nada. En todo caso, estorbaría.
Yo como arroz casi a diario. Nosotros comemos arroz casi a diario. ¿Vienes tú mañana? ¿Vienen ustedes mañana? Los niños fueron a la escuela. El niño fue a la escuela.
Si pones una coma entre yo y como o entre nosotros y comemos, por ejemplo, rompes la dependencia que existe entre ambos grupos sintácticos, destrozas en cierto modo el significado global que esa relación expresa.
Una coma entre el sujeto y el verbo, sin que medie un inciso, un etcétera, un elemento destinado a llamar la atención o la presencia de conjunciones distributivas, aniquila la fluidez del texto, atropella su lógica, obliga a parar la lectura y a intentar adivinar qué se quiere decir.
*Yo, como. *Nosotros, comemos.
Excepciones que permiten poner coma entre sujeto y verbo
Las excepciones que tiene esta regla están muy bien justificadas.
Hablamos siempre de ubicar, entre uno y otro grupo sintáctico, elementos que deben ser aislados o delimitados por comas, ya sea porque explican, comentan, amplían lo dicho, distribuyen o posibilitan llamar la atención del lector o de otra persona.
El inciso u otros elementos entre sujeto y verbo
Podremos poner no una coma, sino dos comas entre el sujeto y el verbo cuando delimitamos un inciso.
Un inciso es un añadido que intercalamos. No es imprescindible, pero me sirve para explicar o comentar algún detalle.
Puedo borrarlo —con sus respectivas comas— y mi oración principal sigue teniendo sentido.
Yo, puedo asegurarte, como arroz casi a diario. Nosotros, los que vivimos en esta zona, comemos arroz casi a diario.
Si un detalle tienes que tener presente aquí es que el inciso va entre dos comas. Debes delimitarlo. Si obvias una de las comas, algo ya falla.
*Yo, puedo asegurarte como arroz casi a diario. *Yo puedo asegurarte, como arroz casi a diario. *Nosotros, los que vivimos en esta zona comemos arroz casi a diario. *Nosotros los que vivimos en esta zona, comemos arroz casi a diario.
Fíjate, en «Nosotros, los que vivimos en esta zona, comemos arroz casi a diario», las dos comas forman parte del inciso.
Si él desaparece, ellas se tienen que ir con él porque la función del signo es la de fijar los límites de esa parte que añado.
Las comas ahí me dicen dónde comienza y dónde termina esa información, ese comentario, ese conector que introduje, pero que no es vital para que se pueda comprender la idea primaria.
Este signo no está para marcarme dónde termina el sujeto ni aunque este sea una enumeración o sea inmenso y necesite yo pausas respiratorias al leerlo en voz alta.
Amigos, familiares y colegas felicitaron a María tras su triunfo. Aquella pequeña niña que alguna vez nos visitó en la casa de la playa tiene hoy ya 30 años.
Sucederá lo mismo si lo que ubico entre el sujeto y el verbo es un vocativo, un apéndice confirmativo, una interjección. A todos los pondremos entre comas.
¿Por qué? Porque son elementos que se aíslan, con este signo, para hacer un alto en el enunciado y llamar la atención de una persona.
Los perritos, querida, necesitan de mucho amor. [Vocativo]. Los perritos, ¿me escuchas?, necesitan de mucho amor. [Apéndice confirmativo]. Los perritos, ¡ojo!, necesitan de mucho amor. [Interjección].
Un etcétera en el medio
Podrás poner una coma entre sujeto y verbo cuando el sujeto sea una enumeración que termine con la palabra etcétera o con su abreviatura.
Amigos, colegas, familiares, etcétera, felicitaron a María tras su triunfo. Amigos, colegas, familiares, etc., felicitaron a María tras su triunfo.
Aquí sucede igual que con el inciso: delimitamos ese etcétera con comas.
El etcétera no es un miembro de la enumeración, pero sí es un agregado final que me permite decir «y otros elementos por el estilo». Sustituye a aquellos que podrían ser enumerados. De hecho, et cetĕra, en latín, significa ‘y lo demás’.
Aquí, si quitamos el etcétera, también deberemos llevarnos sus comas.
La coma cuando hay conjunciones distributivas
No se habla tanto de esta excepción, pero existe.
Cuando estamos ante un enunciado que tiene un sujeto que precisa de conjunciones distributivas como bien… bien… y ora… ora…, por ejemplo, para expresar acciones, ponemos comas entre él y las opciones compatibles que se enuncian.
Quienes pretendían hacerle daño, o bien desistieron, o bien encontraron un muro que no podían penetrar.
En los enunciados con este tipo de conjunciones, por lo general, se pone la coma ante cada una de ellas.
No obstante, la norma nos dice que podemos prescindir de la primera coma cuando vemos que su existencia implica que el sujeto y el verbo estarán separados.
Camila ora jugaba, ora miraba la televisión.
¿Coma cuando el sujeto es largo?
¡Ten mucho cuidado con esto! Aunque el sujeto sea largo, larguísimo, no se pone coma si no tiene, entre él y el verbo, alguna expresión que necesite ser aislada con comas.
Uno de los errores más frecuentes es el de poner el mencionado signo cuando el sujeto es extenso y al verbo principal le antecede una partícula negativa.
*Aquellos «mejores amigos» de mi hermano, no han vuelto por aquí. *Las carreteras que construyeron hace 100 años, jamás recibieron mantenimiento alguno. *Ese tiempo de duración del saldo principal de la línea, nunca vence para los usuarios registrados.
Así antepongamos un adverbio al verbo, no ponemos coma.
Así el sujeto incluya un verbo como parte de él (porque especifica), no ponemos coma.
Las carreteras que construyeron hace 100 años jamás recibieron mantenimiento alguno. Verbo: recibieron ¿Quiénes recibieron?: las carreteras que construyeron hace 100 años [sujeto]
Si tienes dudas, si no sabes si estás ante un complemento circunstancial largo o un sujeto que parece interminable, pregúntale siempre a tu núcleo verbal quién hace la acción, quién es o quién está. Ello te permitirá determinar cuál es el sujeto.
Durante la primera quincena del mes de noviembre, viajamos por Europa. Verbo: viajamos ¿Quiénes viajamos?: nosotros [sujeto omitido] ¿Cuándo viajamos?: durante la primera quincena del mes de noviembre [complemento circunstancial]
Procura no confundir al sujeto con un complemento circunstancial. Este, cuando es largo y se antepone al verbo, necesita tras él una coma.
Otros casos en los que las comas criminales también hacen acto de presencia entre el sujeto y el verbo son aquellos en los que tenemos una subordinada.
Como estamos ante una oración compleja, en la que una parte depende de la otra, a veces quien escribe descuida el respeto que merece la relación entre el sujeto y el verbo de esa subordinada.
*Yo creo que me replantearé mi aporte si los que tienen el problema, deciden desistir.
Si bien la oración principal tiene su sujeto y su verbo, hemos de tener presente que la subordinada también tiene su propio sujeto y núcleo verbal.
El vínculo ahí no deja de ser estrecho, me habla de lo que alguien o algo hace o es y, por tanto, no debemos romperlo con una coma.
Yo creo que me replantearé mi aporte + si los que tienen el problema deciden desistir.
Mi consejo es este: siempre que sientas la tentación de poner una coma porque el segmento que has escrito o revisado te parece muy largo, localiza primero el núcleo verbal de la oración y pregúntale quién hace lo que expresa.
Cuando la propia oración te responda con un segmento de ella, ya sabes que ahí no debes poner coma, a no ser que su uso esté muy bien justificado.
Curiosidad Et es 'y' y cetĕra tiene como acepciones 'por lo demás, en lo sucesivo' y 'restante, el resto'.